Oscar
López Becerra
Para
buena parte de los estudiosos de la educación, los procesos de
enseñanza y aprendizaje tienen vida y dinámicas de desarrollo e
implementación propias. No obstante lo anterior, parece importante
ensayar desde la práctica docente una visión que intente diferentes
maneras de mediar entre la enseñanza y el aprendizaje, y de paso ver
la acción docente como el eje central facilitador de todo sistema y
proceso educativo. Por tanto, examinar las condiciones, competencias
y oportunidades del docente en el escenario virtual permite hacer las
siguientes consideraciones:
En
primer lugar, la calidad de la docencia bajo la visión de los
ambientes virtuales debe ser valorada a partir la perspectiva de los
procesos de formación y de evaluación cualitativa, es decir,
partiendo del referente que obliga a comprobar la presencia de un
conjunto de particularidades, condiciones, elementos, e indicadores a
nivel personal y colectivo del docente y que posibilitan el
cumplimiento de fines, objetivos y metas de la educación.
En
la valoración de la calidad de la docencia en ambientes virtuales,
se debe certificar la validez, pertinencia y coherencia de los
contenidos temáticos, así como los conocimientos y campos de
formación de cada disciplina, de acuerdo con el marco pedagógico y
didáctico de la educación en ambientes virtuales, y desde luego,
reconociendo las posibilidades que proponen las TICS.
Juzgar
la calidad de la docencia en ambientes virtuales también debe
involucrar el punto de vista del estudiante, quien en realidad es
quien asume el proceso de aprendizaje. En la educación tradicional
las tareas y labores del docente implican unas posibilidades y
obligaciones diferentes comenzando por las relaciones que se
establecen con los estudiantes.
Estimar
la calidad de la docencia en particular en ambientes virtuales de
aprendizaje, puede acometerse desde muchas perspectivas y es posible
confeccionarla a partir de los propósitos e intereses personales,
institucionales y colectivos, considerando el acatamiento y
aplicación de los estándares internacionales de educación virtual,
así como de la utilización de los análisis provenientes de los
estudios de deserción de los estudiantes en los diferentes niveles
de educación
En
la educación virtual toda transformación, enfoque o punto de vista,
se convierte, de manera práctica -y por extensión de las funciones
del docente-, en un instrumento o herramienta de evaluación, que ha
de ser aceptada siempre y cuando se someta al reconocimiento y
justificación de su soporte teórico, de su confiabilidad y validez
con respecto a lo que comprueba y la manera como lo ha de medir.
Con
relación a las obligaciones del docente para facilitar los proceso
de enseñanza–aprendizaje, es importante destacar la manera como el
profesor diseña y propone avances en la estructura del curso o área
disciplinar para que se reflejen en los alumnos avances efectivos;
así mismo, el docente debe manejar técnicas para comunicarse de
forma efectiva de manera que promueva la cooperación y
participación por parte del estudiante.
Inevitablemente
los docentes requieren aprender un conjunto nuevo de habilidades de
enseñanza para ocupar y crecer en su nuevo rol de gestor y promotor
de la discusión y del estudio de las problemáticas que proponen las
sociedades actuales. Para ello el docente debe esforzarse también
por usar e ir obteniendo provecho de un lenguaje que inspire
confianza y cercanía verbal; también es deseable utilizar un estilo
de comunicación mucho más conversacional para apoyar a los
estudiantes en la construcción de sus aportes personales, en la
participación y en la discusión.
El
docente en ambientes virtuales debe utilizar tácticas mucho más
centradas en el estudiante y por lo tanto debe ser capaz de orientar
el aprendizaje con la pregunta y la inquietud correcta; lo cual es
más importante que proporcionar a los estudiantes la “contestación
correcta”.
En
este orden, es posible acogerse a la opinión de Luque (2003), para
quien es más importante la calidad de las interacciones con el
docente que la cantidad de las mismas.
De
acuerdo con lo anterior, se asume como una virtud aceptable que el
docente en ambientes virtuales se destaque por su presencia y
cercanía, esto en muchos autores es un indicativo de la calidad.
Esta cualidad es vista como un indicador de satisfacción de los
estudiantes que se forman bajo el modelo educativo virtual.
Para
finalizar, vale la pena hacer énfasis y plantear que la entrada de
las TIC a los procesos de enseñanza y aprendizaje virtual es una
opción totalmente pedagógica y didáctica que da contestación a
muchos interrogantes:
·
¿Se debe dar un adiós definitivo a la clase presencial al
transformarse las funciones y competencias del docente?
·
¿De qué manera la formación en ambientes virtuales está en
capacidad de establecer relaciones reales entre los conocimientos,
las necesidades, y los modelos de enseñanza y aprendizaje que
requieren las sociedades actuales?
PARA
SABER MAS :
Ver
link: ambientes virtuales de aprendizaje: creación y facilitación
http://youtu.be/WmR1J7TH4B8